Los socios llegaron a la bodega tras un apacible viaje en autobús, que en su tramo final transcurrió por una carretera comarcal que discurre, sin muchas curvas, entre bodegas y viñedos.

La bodega, se erige en lo alto de un otero, dominando el paisaje. Los viñedos casi rodean la bodega, cubriendo gran parte de la planicie circundante, creando una vista espectacular, especialmente en primavera e invierno.

El diseño clásico e intemporal de la bodega fue concebido para unir la elaboración de vinos de gama alta en la D.O. Ribera del Duero con un enoturismo de primer nivel.

La bodega cuenta con un pequeño hotel rural anexo, de tan solo 4 suites dobles decoradas con un exquisito buen gusto. Un lugar lejos de todo en el que «desconectar» al tiempo que se descubren grandes vinos.

Nada más llegar, los socios fueron recibidos en la recepción del hotel rural por la responsable de enoturismo, con dos refrescantes vinos blancos: Pazo de Seoane y Lagar de Cervera, ambos elaborados con uva albariño por la bodega Lagar de Cervera de la D.O. Rías Baixas, una bodega que también pertenece al grupo bodeguero La Rioja Alta SA y que está ubicada prácticamente a las orillas del rio Miño, en la subzona de El Rosal.

Tras el vino de recepción, los socios visitaron las instalaciones del hotel rural, apreciando la calidez y el buen gusto con que estaba decorado, para luego pasar a recorrer las instalaciones de la bodega.

Tras una breve visita a la sala de elaboración y a la sala de barricas, los socios salieron a pasear entre los viñedos mientras la responsable de enoturismo les hablaba de las variedades de uva que se cultivan en la D.O. Ribera del Duero y en la bodega, así como de los métodos de cultivo y de los procesos de elaboración utilizados en Aster.

La bodega está rodeada de viñedos situados a una altitud de 830 metros sobre el nivel del mar. Los viñedos están dentro de los términos municipales de La Horra y Anguix, dividiéndose en 5 fincas: El Caño, El Picón, El Otero, Fuentecojo y Dehesilla”.

Tras visitar la bodega y los viñedos, los socios accedieron a la sala de catas, la cual disponía de dos grandes ventanales que daban a la sala de barricas de la bodega, de tal forma que disfrutaron de una cata especial mientras contemplaban las hileras de barricas donde reposaban los vinos de la bodega.

La cata fue especial porque además de los vinos de Áster, se tomaron otros vinos de sus bodegas hermanas del grupo La Rioja Alta SA, estos fueron: Lagar de Cervera, un blanco albariño elaborado por la bodega de su mismo nombre en la DO Rías Baixas y Martelo, la última joya del grupo La Rioja Alta SA, un tinto elaborado en la bodega Torre de Oña, en la DOCa Rioja.

Y este fue un magnifico preludio para la comida.

Tras la cata, los socios disfrutaron de un magnifico menú preparado para la ocasión por el personal de cocina de la bodega, en consonancia con sus vinos. La comida se celebró en el comedor del hotel rural anexo a la bodega, en una mesa situada en un rincón con dos grandes ventanales que daban a la sala de barricas de la bodega, de tal forma que todos los comensales, al levantar la mirada durante la comida o la sobremesa, podían contemplar las hileras de barricas donde reposaban los vinos, descansando en la quietud de la bodega, aguardando el momento en que nos proporcionarán su particular placer, esta vista transmitía una sensación de paz peculiar.

Como entrantes hubo crujiente de salmón, croquetas de boletus y morcilla de Aranda, seguidos de pimientos del piquillo rellenos de bacalao. El plato principal lo constituyó lechazo asado con ensalada campera servido en abundantes raciones. El postre fue tulipa de guirlache con chocolate fundido.

La comida fue acompañada con una amplia variedad de los vinos de Áster y de sus bodegas hermanas, Lagar de Cervera y Torre de Oña, que los socios pudieron degustar a placer, además de agua, refrescos y café. Como añadido especial, en el café, los socios degustaron el aguardiente de hierbas Viña Armenteira, también elaborado por la bodega Lagar de Cervera.

Una larga y placentera sobremesa puso fin a la comida. Como colofón a la visita y como un recordatorio más de los buenos momentos pasados en la bodega Áster, cada asistente recibió una botella del vino Áster Finca el Otero 2014, personalizada para la ocasión con el sello de la actividad de Enoturismo del Casino de Madrid.

Finalmente, los socios regresaron a Madrid con una visión diferente de los grandes vinos y de su elaboración.